La mejor de las opciones

Ejercer una planeación a largo plazo asumiendo ilusiones no nos permite la flexibilidad requerida para sobrevivir en un mercado tan cambiante y competitivo como puede ser el de una startup.

Por ilusiones me refiero a imaginar el futuro sin tomar en cuenta los posibles cambios en los recursos, los deseos de la gente, las oportunidades que encontramos y la retroalimentación que obtenemos de los usuarios. Me refiero entonces a todo aquello que pretende vivir en un entorno estático.

Los cambios en los recursos son imparables y hay que tratar de anticiparlos: nuevas tecnologías, nuevas herramientas, nuevas metodologías, nuevas regulaciones. Los deseos de las personas se van alterando a cada paso que se conjuga entre ellas mismas y las empresas. Más oportunidades se presentarán mientras más andes en el camino, algunas de ellas podrán ser interesantes, otras serán sólo distracciones y habrá que mantener el ojo en la mira para evitarlas.

La retroalimentación es clave para que la pequeña empresa pueda ser capaz de descubrir cuál es modelo de negocios correcto que puede ser de utilidad para lograr su objetivo: generar ganancias minimizando el desperdicio de recursos.

Si no logramos descubrir el modelo de negocios a tiempo todo se termina. Si no logramos poner en el mercado nuestras innovaciones a tiempo todo se termina, y peor: todo se termina sin siquiera saber si estábamos en lo correcto.

Si en lugar de planear a largo plazo asumiendo ilusiones tomamos ahora la mejor de las opciones a nuestro alcance iremos acumulando buenas decisiones en nuestro camino y muy probablemente poniendo la balanza a nuestro favor.

¿Cómo identificar la mejor de las opciones? Mi método preferido es primero implementando un sistema de toma de métricas alrededor de los puntos clave de la empresa. Por ejemplo:

  • Tecnología: rangos de crecimiento en el uso del sistema y los datos, mediciones en el tiempo de ejecución de flujos de datos, etc.
  • Para las personas que laboran en la empresa: percepción de la satisfacción, absentismo, toma de iniciativas, etc.
  • Para las oportunidades: está o no en el objetivo de la empresa, provee valor, es rentable, etc.
  • Para la retroalimentación: rangos de incremento / decremento de la actividad de los usuarios, nivel de satisfacción, índice de recomendabilidad, etc.

El uso de dichas métricas debe tomarse como la entrada para el análisis de cuáles pueden ser las opciones a considerar en el futuro próximo y posteriormente discutirlo con las personas interesadas en su implementación y las afectadas por los cambios.

Obtener una fluidez en este aspecto nos permitirá también combatir al enemigo más grande de una pequeña empresa: el tiempo.