Humo: señales para otros mundos posibles

Las primeras consecuencias del cambio climático están ya a la vista de la población mundial. Un hecho que durante años había sido pronosticado y activamente combatido por las petroleras mediante campañas de desinformación, se encuentra ahora en las primeras planas de diversos diarios alrededor del mundo. No es para menos, las consecuencias de este tipo de alteraciones son alarmantes, sobre todo porque un sistema tan complejo, como el clima, tiene diversos puntos de inflexión que pueden conducir a situaciones inimaginables con consecuencias catastróficas.

Y aunque el cambio climático ahora se haya vuelto innegable (para cualquiera con uso de razón) no deja de ser sorprendente cómo el método que muchos buscan para “combatirlo” se centra simplemente en reducir los gases de efecto invernadero en la atmósfera sin cuestionar el sistema –económico, social y político– que produce esta cantidad desorbitante de emisiones en su funcionamiento [1] [2].

Este dilema es precisamente el que se plantea como eje central el podcast “Humo: señales para otros mundos posibles”, planteando que la crisis climática no es el problema, sino sólo un síntoma más de la enfermedad.

Presentado como una mesa de diálogo, cada episodio va desentrañando a este sistema, demostrando que sus intenciones no han cambiado, y que por más que sus intentos actuales de reformarse, como el Capitalismo Verde y la Transición Energética, estén en boca de políticos y empresarios, este no dejará de basarse en la explotación y el abuso del planeta entero para el beneficio de unos cuantos.

El podcast no es sólo un recuento de los daños, en varios episodios cuentan con invitadas e invitados que profundizan en los temas y ofrecen historias vivas de resistencia. Es entonces también una propuesta de vías alternas basadas en la comunalidad y el apoyo mútuo.

En 1492 la invasión de lo que hoy se conoce como América trajo la muerte a millones de personas en tan sólo unos cuantos años, provocando incluso una mini era glacial. Sin embargo los descendientes de estas poblaciones aún siguen vivos, hablando su idioma y defendiendo su territorio. Estos mismos intentos de aniquilación se siguen presentando hasta hoy día a diversas escalas y en diversas partes del mundo, es entonces de sus sobrevivientes que podemos aprender mucho sobre cómo resistir y cambiar el rumbo de las cosas antes de que sea demasiado tarde. Y no sólo eso, también podemos comenzar a construir, aprovechando los conocimientos de nuestro tiempo, desde la decolonialidad, el feminismo, la comunalidad y lejos de todos los modelos económicos industrialistas y expansionistas.

Sí, queremos mucho. Queremos nuestra digna humanidad, el goce, el desenvolvimiento y el bienestar para todas y todos, respetando y conviviendo con la existencia de todos los seres y entidades que, como nosotros, conforman este planeta. No comenzar a plantearnos esto nos va a costar dejarlo inerte.