El futuro como despojo

Hace unos días The Guardian publicó una nota que revela los planes de inversiones que las grandes empresas energéticas mundiales tienen para los próximos años. Forma parte de una serie que se centra en destapar la hipocresía de los gobiernos y empresas mundiales al aprobar y fomentar prácticas que nos alejan de las meta propuestas para limitar el aumento de la temperatura a menos de 1.5ºC.

Me costó mucho trabajo y varios intentos leer el artículo. Cada intento me llenaba de tristeza y rabia debido a la impotencia que me ahoga al saber que no hay algo que pueda detenerlo inmediatamente y que al mismo tiempo otorgue un castigo ejemplar a todos esos ejecutivos y gobernantes que permiten que el futuro de la humanidad quede una vez más anclado por el hambre del dinero.

Me es muy difícil asimilar que para muchas personas en nuestro planeta el futuro está en convertir toda nuestra existencia en un casino lleno de petrodólares, NFTs y criptomonedas, lleno de pobreza, marginación, violencia, desigualdad y con el agraviado de desastres naturales e inestabilidad de la cual huir.

La misma mentalidad colonialista que busca la riqueza y expansión a costa de la muerte y desolación de comunidades enteras es la que ahora mismo está haciendo todo lo posible por despojarnos de nuestro futuro.

Sí, destruimos el planeta. Pero por un bello momento creamos mucho valor para nuestros accionistas.

Esta locura no puede ser detenida mientras los fundamentos del sistema que le dio vida no sean desvalijados y condenados al olvido, mientras nuestra idea de progreso siga metiendo bajo la alfombra la deuda que creamos y que forzosamente será pagada después. Tampoco podrá ser detenida mientras aquellos que tiran de los hilos no sean expuestos y llevados ante la justicia para ser juzgados y condenados.

El capitalismo se apoya en la internalización de la idea de querer más infinitamente y la negación activa de la finitud de nuestro entorno. Crea una deuda permanente que deberá ser pagada por el entorno y por alguien más en la cadena de ensamblaje y suministro. Los “ganadores” del sistema son capaces de engañarnos y alentarnos a ser como ellos sabiendo de antemano que el saqueo y la estratificación son lo único que realmente les permite ser ellos.

Ante el panorama rendirse no es una opción. Para algunxs, como yo, rendirse significa dejar sin futuro a nuestra descendencia, algo que no estoy dispuesto a aceptar.

Para no rendirse hay que buscar ejercer control y activar con cada respiro la dignidad que poseemos. No hay que olvidar que estamos ante un problema sistémico, lo cual implica que nuestras acciones deben ser tomadas ahora para poder tener resultados después.

Hay mucho que se puede hacer. Creo que el primer paso es desechar las mentiras que años de mercadotecnica nos han insertado en el cerebro acerca de lo que es bueno para nosotrxs. El segundo es juntarse con otrxs y hablar al respecto de acciones que se tomarán en colectivo. Hay que enfrentarlo aunque nos produzca malestar y queramos huir de ello escondiéndonos en nuestro feed de instagram.

Nuestro futuro debe ser un mundo donde la humanidad triunfa sobre la avaricia, la explotación y el desprecio. Donde se avanza, respetando los límites orgánicos, para mejorar las condiciones de vida de todxs. En donde nuestro valor intrínseco es demostrado desde que nacemos y nos lo hace saber cada día el mundo entero respetando lo que nos hace diferente. Un mundo donde no tenemos necesidad de poseer cosas que no necesitamos ni de hacer infinitamente más por impresionar a otrxs.

Nuestro futuro debe ser un lugar donde la relación humanidad-naturaleza se ha restaurado. Donde volvemos a sentir el asombro por cualquier ser vivo con el que nos encontramos. Donde sentimos alegría solamente porque está vivo y queremos que siga así. Donde entendemos que un ecosistema existe y ha sobrevivido por miles de años y no porque nosotros deseemos un estacionamiento o más carne podemos venir a destruirlo.

Nuestro futuro debe ser un lugar donde todxs somos cómplices de lo que le dejamos a las siguientes generaciones. Un mundo al que llegamos para perecer heredando lo que uno disfruta y ama del planeta.

No nos pueden despojar de nuestro futuro.